Perfección a la vista!
No existe nada fuera de mí, todo es un reflejo de lo que he creado, por lo tanto, maravillarme de todo en todo momento no está de más.
Si somos la perfecta creación de Dios, por qué habría de existir lo erróneo, la respuesta para mi es simple, porque lo creemos.
Cuando un Padre planifica una vida perfecta para su hijo y comienza a ver en el camino que algo se sale de los planes, podría ser que el Padre se equivocó? No, pero podría ser que el Padre cree haberse equivocado y por lo tanto ver que sus planes no funcionan. Claro existe también la decisión del hijo pero aún así, solamente si el Padre cree que son malas decisiones, lo serán! Cuando el Padre es consciente que no hay error sino aprendizaje, la percepción de sus planes cambia y confía en la perfecta circunstancia que el hijo esta viviendo.
Si una mujer vive una agresión estará reflejando que en su interior existe agresión? No, a menos que crea que una agresión es errónea y si es así, una agresión es correcta? No, a menos que así lo crea, pues estará creando exactamente lo que cree que merece vivir. Cuando una mujer agredida, reconoce lo que es en realidad, en su esencia, en unión con su creador, su percepción de lo vivido cambia a experiencia y aprendizaje, por lo tanto es imposible volver a vivir lo mismo.
Cuando nos maravillamos de lo que vemos, la primera respuesta es sentirnos dichosos y la primera acción es agradecer. Cómo podríamos agradecer estar enfermos? Siendo conscientes de que hemos creído que la enfermedad es un estado erróneo. Y es perfecto que el cuerpo sufra con una enfermedad? No, a menos que creamos que somos un cuerpo que sufre. Al ser conscientes que no somos un cuerpo, ni enfermedad, la sanidad llega.
Cada estado, circunstancia, experiencia es perfecta en el momento que la vivimos, pues solamente si creemos que lo que vivimos es malo, sufriremos.
Todo lo que vivimos en perfecta armonía, nos maravilla y lo agradecemos! En ese estado no tiene cabida el juicio de lo erróneo y lo correcto, solamente lo vivimos agradecidos. Si consideramos algo erróneo es detenernos sin aprender, sin maravillarnos, sin agradecer, es confiar en lo que creemos de nosotros mismos y no en lo que somos.
Maravillarnos y agradecer de haber creado lo que vemos o vivimos es ser uno con nuestro creador y fluir en perfecta armonía con los planes que compartimos en una sola mente, la mente de Dios.
